domingo, 20 de marzo de 2011

Perdiendo se gana.

Perdiendo se gana.

A Mónica.


En Nueva York siempre siento un profundo deseo de acercarme y descubrir religiones, desde visitar templos hasta devorar libros sobre religión cuando el frío no me permite salir, en viajes anteriores me leí varios capítulos de la doctrina secreta de Madame Blavatsky. Si algo es cierto es que en esta ciudad están establecidas todas las religiones del mundo y eso permite que uno pueda conocer "varios caminos". Los testigos de Jehová se atreven a decir que por eso es la gran ramera, codiciada, seducida y buscada por muchos, también lo dicen del edificio de las Naciones Unidas.

El día de ayer visité varias iglesias, entre ellas un templo budista en China Town. Un sitio increíble en el que la paz se salía por sus puertas y era custodiado por dos gitantes dragones orientales de piedra. Mientras redacto, tranquilamente sentado en la biblioteca Publica de Nueva York mi amiga y compañera de viaje Kateri debe encontrarse perdida en la ciudad, pues en una normal ansiedad se apresuró a bajarse del metro, equivocándose en la estación. No la ví más. Debe estar vociferando y recordando en alguna calle de la ciudad la madre de algunas personas, probablemente la mia entre ellas. Porque la verdad sea dicha, perderse en el metro es peor que se lo lleve el diablo, peor aún si se es costarricense pues se debe entrar a dejar “ del palo de mangos 300 mtrs norte y 25 al este o del Morazán tantas varas …” y cambiar el “tumulto de la avenida central por miles de personas que constantemente salen y entran en el metro”.

Pensando en lo que debe estar viviendo ella, y siguiendo las enseñanzas orientales, especialmente las Taoistas he recordado que el Tao Te Chin menciona que “ Por tanto, las cosas a veces se benefician, siendo perdido, a veces se pierden siendo ganado”. Probablemente, ella, perdida en el metro ha dejado el confort para ceder espacio al aprendizaje. También ahora pienso en muchas de las cosas que “he perdido, fallado, fracasado”. Ninguna de ellas ahora son importantes, y creo que en todas las “pérdidas” he ganado. Se pierde para ganar.