lunes, 5 de septiembre de 2011

De la poesía de Don Jorge Charpentier.

De casualidad, por un viejo amigo de la escuela, recordé a Jorge Charpentier. Era un poeta costarricense. Charpentier era un hombre muy solo, realmente solo. Tenia la soledad impregnada en la cara, su mirada era sola como su ojo. Tenía un solo ojo. El otro era como él mismo: frío; era un ojo de vidrio, muerto. Era misógino, sin embargo su poesía estallaba en elogio y erotismo por la mujer.Recuerdo con dulzura un verso " tu tan llena de mar/ y yo como un velero". Era un rara avis. Sus lentes oscuros los usaba incluso en la noche. Este no era un poeta pobre como tienen fama los poetas, fue diplomático y contaba con títulos de grandes universidades europeas. Su pobreza era otra. La primera vez que lo vi fue la última. Murió esa misma semana. Fue encontrado por un amiga muchos días después del deceso. Dicen que en estado de descomposición. Lo que ignoran algunos es que los que escribimos estamos descompuestos, que una parte de nosotros está perdida, podríamos decir podrida. Recuerdo en especial dos poemas suyos, uno en el que hablaba de una mujer de izquierda, escrito en sus tiempos en la Universidad Complutense de Madrid. Y otro sobre la rosa, de la cual según Charpentier, el aroma no depende. Decía que el aroma de la rosa no consiste en la rosa. Le admiré y le seguí con deber de pupilo, mientras nos recitaba a algunos que eramos aprendices de poesía. Pensé que la poesía era lo mejor, lo más sagrado, que si a Dios se llegaba por las palabras, los poetas serían los más cercanos, quizás sentados a la derecha del Padre. Los políticos a la derecha del diablo. No quiero ser poeta, ni quiero ser político. Solo quiero escuchar poesía. Dormirme con ella, y despertarme creyendo que eso que escriben los poetas existe en algún lado y es posible alcanzarlo.


G.Rox.


De paso un poema de J.C

No te me mueras pronto.


NO TE ME MUERAS PRONTO

No te me mueras pronto.
¿Con quién tendría el amor de las palabras?
¿Con quién hacer la historia de mis dedos?
¿Con quién dejar el sueño vespertino
cuando la tarde moja acalorada
tu frente en mi mejilla?

¿A quién decir
la dulce geografía de la luz apagada?
¿A quién helar de luz
en el cielo del invierno?

Falta le harás a mi garganta
para nombrarte en diálogo.

¿Si te me mueres pronto,
con quién destruyo el tiempo?

1 comentario:

  1. le falta un verso:

    "hasta encontrarte".

    Es así:

    ¿Si te me mueres pronto,
    con quién destruyo el tiempo
    hasta encontrarte?

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